
Dirigida por Fritz Lang y escrita por Thea von Harbou.
Al igual que la primera parte está dividida en cantos. Y de similar manera la voy a descuartizar por completo. Se me olvidó mencionar en la anterior entrada que los cantos tienen una duración de unos 20 minutos cada uno.
En el primer canto Rüdiger von Bechlarn acude al Rey Gunther como emisario del Rey Etzel para solicitar la mano de su hermana Kriemhild. Pero ella sólo quiere vengar la muerte de Siegfried. Hagen Tronje mientras tanto tira el tesoro de los nibelungos.
Es una introducción un tanto sosa. Retoma la situación en la que terminó el último canto de la primera parte e introduce a un par de personajes nuevos, poco más.
En realidad el Rey Etzel es Atila, pero prefiero seguir con los nombres originales alemanes, por comodidad.

Otro acto bastante soso. Muy melodramático, muy intenso, pero con poco argumento en realidad.
El tercer canto los hombres del Rey Etzel quieren conquistar Roma ya que él juró que sus iglesias serían los establos de sus caballos. Seguidamente cantan cómo la nueva esposa le ha quitado las ganas de conquista a Etzel. Kriemhild mientras tanto tiene un hijo. Finalmente ella le pide que quiere que traiga a sus hermanos, los Nibelungos.
Esta parte es interesante, o al menos la más interesante hasta el momento. Vemos a las tropas de Etzel cabalgando y empieza con un tipo cantando, lo cual para una película muda es mucho decir.

Se veía venir que Kriemhild quería clamar venganza y que el rey no haría nada.
En el quinto canto celebran el solsticio de verano y los hermanos aparecen armados a la comida. Durante la celebración los vasallos de Etzel atacan por sorpresa a los de los nibelungos y uno consigue escapar y dar la voz de alarma. Entonces Hagen mata al bebé de Etzel y Kriemhild y estalla la guerra pero uno de los hermanos no quiere entrar en el conflicto y se marcha con los suyos.
El bebé muerto se nota mucho que es un muñeco, con la cara mal pintada además. Es la primera vez que vemos algo de acción y no está nada mal, son combates con muchos personajes en pantalla.

Los primeros tres cantos son un preludio de una tormenta que estalla en éste. Y las cosas pintan muy mal para todos. A todo esto Etzel se dedica a no hacer nada más que sostener a su bebé muerto durante todo el lío y no interviene hasta el final.

Menudo dramón. Es una historia muy larga, obviamente, pero en realidad esta segunda parte no da tanto de sí. De hecho los primeros tres cantos se podrían resumir en uno y así centrar la historia en los enfrentamientos, que son lo mejor.

No hay comentarios:
Publicar un comentario