Una pareja regresa a casa tras el convite de una boda y atropella a una mujer que se les echa encima de repente. Sorprendentemente ni el Citroën CX que conducen ni el trol de los pelos que llevan colgado de su espejito fueron capaces de evitarlo.

Viene a ser una más de las películas que juegan con el tema "espectros vengativos en forma de mujer con el pelo largo negro que se aparece sin más para acojonar a alguien" que tantas veces hemos visto en películas orientales. Las más conocidas son las japonesas Sadako y Kayako pero tanto en Tailandia como en Corea (por poner dos ejemplos) se ha jugado más de una vez con ello. Pero aún siendo tan recurrente en realidad hay una gran diferencia de calidades entre los diversos títulos y muy pocos merecen la pena a la hora de la verdad.
El fantasma en sí va haciendo pequeñas apariciones durante la primera hora de película, algunas un poco cutres (como cuando uno examina muy de cerca una fotografía y de repente el fantasma gira la cara), otras bastante logradas (como cuando sale en la sala roja por primera vez). Con ello logra que nos hagamos una idea vaga de cual es su aspecto.

Lo que me he podido reír con la escena del Kathoey en el baño. Para los que no conozcáis el término, son hombres tailandeses con apariencia de mujer.
El protagonista en un momento dado sale de su apartamento descalzo en plena noche perseguido por la fantasma y se detiene al llegar a la 4ª planta, haciendo caras de miedo al ver el número 4. Es porque dicho número representa a la muerte en la cultura tailandesa.

Aunque la estética del fantasma es esencialmente la misma que Kayako en sus primeras películas al menos la historia está bien montada. Personalmente no la conocía y fue de pura casualidad que dí con ella hace meses. Si te gusta el terror oriental probablemente te interese.
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