Un mafioso ruso llamado Arkady Karasov controla la prostitución en la Riviera Francesa. Pasado un tiempo varias de sus chicas deciden montar un plan bastante complejo para destruirle y una parte de él implica a un conductor llamado Frank.
Curiosamente es la primera película de Mónaco en el blog (aunque en realidad es una coproducción).
La cuarta película y esta vez no aparece Frank Martin porque Jason Statham pidió que le pagasen 11 millones al día y la productora se negó.
Podrían haberla planteado como una precuela sobre cómo Frank se convirtió en un chófer pero prefirieron ignorar por completo las tres películas anteriores y crear una historia desde cero.
La primera pelea en el párking viene a ser idéntica a la del principio la segunda película.
Por lo que entiendo han cambiado lo que era la figura paterna del inspector de la trilogía original por un padre real, aunque la madre está muerta (y enterrada en Inglaterra, por lo visto).
En esta película los policías tienen una tendencia natural a estrellar sus vehículos.
Resultan bastante molestas las dos chicas que van en la parte de atrás del coche, siempre gritando y diciendo “no no no” cuando Frank hace algo peligroso.
Personalmente no me desagrada, aunque es inferior a las tres anteriores. El protagonista no tiene el carisma de Jason Statham pero tanto las peleas como las escenas de acción en el coche resultan bastante satisfactorias. Por otra parte creo que sin darle demasiadas vueltas la podrían haberla conectado con las anteriores, siendo el protagonista un amigo de Frank (por ejemplo), pero bueno, el tema reboot no es algo que me moleste especialmente.
Con esto termino la saga de transportistas autónomos, pasemos a otra cosa.
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