Maya ha llegado a la universidad y pretende estudiar veterinaria pero el comité de ingreso no se lo pone nada fácil. Ahora dispone de 4 semanas para impresionarles y que la admitan. De pura casualidad la Casa Blanca pide ayuda al Dr.Dolittle y al no estar disponible irá ella.
Dudo mucho que la tercera película fuese tan exitosa como para tener la necesidad de hacer una cuarta. Intuyo que esta la hicieron aprovechando el tirón de las dos primeras como explotación pura y dura. Y lo mismo pienso de la siguiente, que tiene una pinta realmente horrible.
Esta vez solo repite Kyla Pratt (Maya Dolittle). Su madre ahora la interpreta Karen Holness (Lisa Dolittle) y, de nuevo, son las únicas dos que aparecen de la familia Dolittle.
En cuanto a las voces de los animales esta vez destacan Jennifer Coolidge (Daisy) y Richard Kind (Marmota).
En la anterior película el título aún tenía un cierto sentido pues al principio de la película vemos a Maya ayudando en la clínica de su padre. Está un poco cogido por los pelos, pero bueno.
Al menos esta vez mencionan al padre. Quizás demasiadas veces. En todo caso descubrimos que ha escrito artículos, libros y ha viajado alrededor del mundo. Algo similar a lo que hacía el protagonista de la película de los 60. Ahora mismo se encuentra en la Antártida.
La parte del comité probando a Maya al principio me parece bastante estúpida. La meten en una habitación con un montón de animales bebés y ellos se comportan como tales… ¡pero al menos ella les entiende!, ¿qué otra cosa esperaban de ella?. Es estúpido, sólo por eso ya es mil veces mejor que cualquier otro estudiante de veterinaria.
De hecho parece ser el “chiste” recurrente de la película, los animales rebelándose contra Maya.
Me he fijado que en todas las películas cuando alguien habla con un animal siempre le miran con cara rara, sin embargo no me parece TAN raro que, por ejemplo, alguien le hable a un perro como si fuese una persona. Además en muchas ocasiones son frases de lo más corrientes.
En esta película por ejemplo Maya le dice al perro “no, eso te da gases” y un cocinero la mira pensándose que se dirige a él y ella dice “se lo decía al perro” y el tipo la sigue mirando con cara rara. No me parece una frase tan rara.
No entendía el título. Básicamente porque no tiene sentido hasta los últimos veinte minutos de película. Se me ocurren algunos títulos más acorde y menos… reveladores.
La parte en la que Maya distrae a los presidentes durante la cena da bastante grima. Igual no es la mejor manera de tratar de evitar que coman, por ejemplo podría haberles contados a sus amiguitos (la hija del presidente es uno de ellos) qué está a punto de suceder.
Pero bueno, al menos es un poco mejor que las dos anteriores secuelas. Es floja, pero hasta un cierto punto se puede ver. Eso sí, sorpresas os llevaréis más bien pocas. Lo realmente curioso del tema es que aún hicieron otra película más. Sí, sí, en la siguiente entrada la tenéis.
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