Una chica aparece con la cabeza cortada, es la segunda en pocos días. La policía no tiene ni la más mínima pista y lo único que parecen tener en común las víctimas es que sus cabezas están sumergidas en agua, como si formase parte de un ritual.
Recuerdo que la busqué precisamente por ese título tan peculiar que le pusimos aquí, aprovechando la fama de la película de Hitchcock. Por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con Norman Bates y su motel. Por ello se la considera una más de las que trataron de aprovechar títulos famosos como falsas secuelas, cosa que vino principalmente de Italia.
La última película que dirigió Ken Hughes. Suya es también “Chitty Chitty Bang Bang” (1968) y fue uno de tantos que participaron en “Casino Royale” (1967).
La guionista Ruth Avergon se inspiró en un artículo sobre unos cazadores de cabezas de Papúa Nueva Guinea, los cuales siguen existiendo hoy en día. De hecho en la película mencionan a la tribu Asmat.
Me hace gracia que empleen el término epidemia haciendo un pequeño chiste sobre el asesino en serie.
La escena en la que una chica regresa a su casa mientras la sigue un desconocido me ha recordado ligeramente a “Maniac” (1980).
Y de repente todo tiene sentido, en un momento dado alguien entra cuando una chica está duchándose de una manera parecida a la de “Psycho” (1960). Pero vamos, es la única similitud entre ambas.
Vemos brevemente a un tiburón real nadando en un acuario. Es mejor ese trocito que algunas películas enteras sobre tiburones.
Aunque se producen varias decapitaciones en realidad no muestran ninguna en claro. Y no es por falta de oportunidades.
Aunque he de decir que la escena en la que descubrimos donde está la cabeza de la camarera es genial. Qué manera de despistar al espectador.
Uno de los sospechosos tiene una máscara de hockey en su casa. Parece una referencia a Jason Vorhees.
La directora resulta ser una lesbiana, un camarero se dedica a coleccionar prendas femeninas y a mirar chicas con unos prismáticos y el profesor se acuesta con todas las alumnas que puede (y las deja embarazadas). Digamos que el sexo es uno de los temas principales sin mostrarlo.
Durante toda la película tratan de hacernos creer que hay dos sospechosos principales. Personalmente no me acaba de gustar que lo hagan todo tan obvio, independientemente de si uno de ellos es o no el asesino al final.
En mi opinión es una película que hubiera tenido más notoriedad si hubieran elegido un título mejor y un póster menos soso. Algo relacionado con cortar cabezas hubiera resultado más atractivo. Eso y mostrar algo más de gore hubiera sido lo ideal.
Pero vamos, no es una mala película. Es una historia basada en un hecho real atroz e inexplicable para las sociedades modernas y aún así sigue practicándose. De locos.
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