5 amigas se van a pasar uso días en la playa con sus tiendas de campaña. De repente aparecen 5 chicos que acampan cerca suya. Por la noche les pilla una fuerte tormenta y se ven obligados a meterse en una casa cercana que está abandonada en apariencia, pero en realidad habita un fantasma allí.
Hay bastante product placement (por llamarlo de alguna manera, son cosas muy occidentales en general). Tenemos latas de Coca-Cola, una grabadora Sony, un póster de Goofy, otro de MInnie, un peluche de Daisy Duck. zapatillas y ropa deportiva Adidas y un cómic de Popeye.
También tienen un póster de Boy George. De hecho el fantasma se viste como él en un momento dado, es muy ridículo.
La chica describe al fantasma como un chico vestido con ropas manchú. Y está en lo cierto. Los manchú llegaron a gobernar China desde mediados del siglo XVII hasta principios del siglo XX y luego durante unos años se establecieron en la región de Manchuria. Los nombres que reciben son bastante diferentes pues la dinastía era Qing (leído ching) y en occidente les llamamos los tártaros.
Cuando le presenta el fantasma a sus amigas se piensan que es un cantante o un actor. Y es que los trajes tradicionales de los manchús hoy en día sólo se usan en ceremonias muy concretas, para los turistas o en obras teatrales.
En realidad el personaje más peculiar es el gordo con gafas que vigila la residencia de chicas. Aunque actúa de buena fe parece que sea un pervertido espiándolas. Eso sí, se dedica a mirar revistas Playboy en sus ratos libres.
Jaja, cuando aparece la clase por primera vez hay un mapa de España sobre la pizarra y otro más pequeño de Centro América.
Una de las enormes diferencias con las películas estadounidenses es que una de las chicas practica el sexo con un chico que le gusta y lo dejan bien claro sin mostrar absolutamente nada.
Está bien, comedia ligera con muchos efectos de “hombre invisible”. Tuvo cuatro secuelas, sólo dispongo de la primera de ellas y será mi siguiente entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario