El título japonés se traduce como “la familia loca”.
La familia Kobayashi abandona su pequeño apartamento en Tokio para irse a vivir en la casa de sus sueños en un suburbio. Pero resulta estar infestada de termitas y eso hace que nazcan conflictos entre los diferentes miembros.
Termitas en japonés se dice “シロアリ” (shiroari) lo cual se traduce literalmente como “hormigas blancas”.
Los problemas que van surgiendo son: el abuelo se acopla a vivir con ellos, Erika, la hija pequeña, quiere ser cantante y actriz, Masaki, el hijo, se obsesiona en sus estudios y no sale de su habitación y la madre se comporta de maneras muy extrañas (por ejemplo hace un striptease frente a todos).
Y en realidad la locura es ver como cada uno de ellos se va metiendo en su propio mundo alejándose del resto, a pesar de vivir todos en la misma casa y ni siquiera el padre se comporta de una manera coherente. Lo de las termitas se acaba convirtiendo en algo recurrente pero las cosas se ponen serias cuando él y su padre (osea el abuelo) se ponen a hacer un agujero en el salón.
La hija pequeña (no sé qué edad debe tener, pero es menor con total seguridad) aparece totalmente maquillada y llevando un kimono similar al de una geisha. Creo que se supone que está practicando la interpretación pero aún así resulta desconcertante.
En un momento dado usan el zoom de “Jaws” (1975). Ya lo echaba de menos,
Una película que lleva el término violencia doméstica a otro nivel. La parte en que empiezan a atacarse los unos a otros es la más bestia. Bueno, y la del padre tratando de envenenarlos para suicidarse tras ellos también.
No sabría elegir a un personaje, todos tienen su momento de ida de olla pero son muy diferentes. Cada uno lo enfoca a su manera.
Menuda película. El tono es cómico pero por lo absurdo que llega a ser todo, no son “chistes” precisamente. De hecho haciendo una lectura seria esto es un dramón de cuidado, pero como lo hacen todo de una manera tan exagerada termina resultando gracioso, en cierta manera.
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