Will Hunting trabaja limpiando en una Universidad, pero resulta ser todo un genio y cuando resuelve un par de ecuaciones complejas en una pizarra un profesor de allí se fija en él. El problema es que Will termina en la cárcel porque le gusta la bronca y el profesor decide interceder ante el juez para que le deje a su cargo.
Junto a él tenemos a Matt Damon (Will Hunting), Ben Affleck (Chuckie), Stellan Skarsgård (Lambeau), Casey Affleck (Morgan) y Minnie Driver (Skylar).
Damon y Affleck no sólo comparten pantalla sino que fueron los guionistas y, si mal no recuerdo, fue esta la película que los consagró.
Además está dirigida por Gus Van Sant. El mismo que hizo "My Own Private Idaho" (1991), el remake "Psycho" (1998) y videoclips de gente como Chris Isaak, Elton John, David Bowie, Red Hot Chili Peppers...
Para elegir qué estudio debía producirla metieron una escena de sexo entre los protagonistas en medio del guión. Resulta que sólo Harvey Weinstein de Miramax les dijo algo al respecto, osea que era el único que se lo había leído.
Podría caer en la tentación de compararla con "A Beautiful Mind" (2001), pero no tienen prácticamente nada en común salvo que el protagonista es un genio. A su lado la película de Crowe está completamente vacía.
Robin Williams tarda media hora en aparecer, casi me había olvidado de él a esas alturas. Y qué pedazo de aparición, en su primera sesión con Will me ha dejado de piedra.
El término Southie que usan para referirse tanto a Will como a Sean quiere decir que nacieron en un barrio llamado "South Boston".
Cuando Sean habla de los hábitos de tirarse pedos de su esposa fue todo improvisado por Robin Williams, de ahí las risas de Matt Damon. Por su parte Casey Affleck también improvisó mucho y le dejaban porque vieron que era más gracioso que lo que tenían escrito.
En varios momentos Will hace uso de su destreza mental y resulta un poco apabullante porque es capaz de soltar términos y citar autores sin ningún tipo de problema. Sin embargo es algo que encaja muy bien en la historia, de hecho resulta creíble.
Es interesante porque en otras películas sobre genios se centran más en mostrar la parte sentimentaloide, por ejemplo, o los problemas mentales. Aquí el protagonista trata de aprender a ser más humano gracias a su nuevo psiquiatra, a quien él llama amigo (esa parte es muy buena), y a superar sus traumas. Creo que ese enfoque psiquiátrico es lo que le da a esta película un plus.
De hecho lo que más me ha sorprendido es que Robin Williams consigue meter algunas momentos muy de su estilo a pesar de que su personaje no es inheremente cómico y consiguen hacer que funcione.
Aunque conocía de antemano que trataba sobre un tipo que era genial en matemáticas no sabía muy bien qué esperarme, si sería una comedia, un drama o qué y lo cierto es que la manera en la que tratan el romance, la dosis justa de drama y los momentos puntuales cómicos hacen de ella algo que he disfrutado enormemente.
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