Hora de un clásico.
Stan Collins ingresa en la prisión de Wakefield. Allí empieza a comprender cómo funcionan las cosas desde dentro. La corrupción, los castigos excesivos y las muertes están al orden del día. Pero resulta que él es el alcaide y cuando lo cree necesario hace saber a los guardias que su verdadero nombre es Henry Brubaker.
Dentro del subgénero de prisiones tenemos una barbaridad de títulos de todo tipo, aunque curiosamente también hay abundancia de calidad de diferentes décadas además. Esta sería una de las más destacables, sin duda alguna. La he visto varias veces a lo largo de los años y siempre la disfruto. Llegó la hora de incluirla en el blog.
Dirigida por Stuart Rosenberg. Suyas son también "Cool Hand Luke" (1967), "Voyage of the Damned" (1976) y "The Amityville Horror" (1978).
Protagonizada por Robert Redford (Henry Brubaker). Destacan también Murray Hamilton (John Deach), conocido por "Jaws" (1975). Yaphet Kotto (Richard "Dickie" Coombes), conocido por "Alien" (1979). Y Matt Clark (Roy Purcell), conocido por "The Adventures of Buckaroo Banzai Across the 8th Dimension" (1984). Además de la breve aparición de Morgan Freeman (Walter).
Hay disparidad de opiniones sobre si está basada en unos hechos reales o en otros. El caso es que sí hubo alguien que hizo algo similar. Concretamente se llamaba Thomas Mott Osborne y en 1913 usando un nombre falso se hizo pasar por un prisionero en la prisión del estado de Auburn de Nueva York, aunque en realidad era el alcaide.
Un detalle interesante es la manera en que trataron de encontrar tanto guardias de prisión reales (o que lo habían sido) como ex-presidiarios para hacer de extras. Había momentos en que se ven más de 1000 extras.
Más o menos a la media hora Brubaker se da a conocer. Hasta ese momento vemos todo tipo de barbaridades cometidas en la prisión.
Yo hubiera actuado de una manera ligeramente diferente. Para empezar a todos los presos de confianza a los que se ve hacer barbaridades los hubiera metido en el hoyo de forma indefinida.
Es una película que me pone un poco de mala leche por la cantidad de hijos de puta corruptos que hay colocados en puestos clave. Y eso me sucede en pocas ocasiones.
Es una película llena de momentos inolvidables por la que no pasan los años. Básicamente porque el tema que trata podría repetirse hoy en día, quizás no en EEUU pero sí en otros países. Y porque el reparto lo hace de lujo.
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