Sir Wildrid Roberts es un abogado que acaba de salir del hospital tras un ataque al corazón. A pesar de que los médicos le recomendaron que no aceptase casos que le pudieran excitar se encuentra con uno de asesinato y no puede dejarlo pasar.

Según la autora fue la única adaptación de una de sus obras que le gustó. Aunque dijo lo mismo cuando vio "Murder on the Orient Express" (1974).

Es la última película que completó Tyrone Power ya que falleció de un ataque al corazón durante el rodaje de "Solomon and Sheba" (1949).
Marlene Dietrich estaba convencida de que sería nominada al Oscar por su papel aquí y por ello hizo una introducción nueva a su show de Las Vegas. Al final no la nominaron.

Tuvo mucho secretismo durante el rodaje, concretamente Billy Wilder sólo dejaba que se leyera un guión al que le faltaba las últimas 10 páginas. Justo antes del estreno, en los pases previos, los asistentes tenían que firmar un papel en el que ponían que no revelarían el final. De hecho incluso los miembros de la casa real británica que tuvieron la suerte de verla antes, tuvieron que prometer que no lo contarían.
En los primeros 40 minutos sucede más que en muchas películas de abogados y es tan sólo la presentación de los personajes y el planteamiento inicial. Básicamente cómo están conectados y cuál es el caso.

El final es de los que no han de contarse, ciertamente. Aunque he de decir que no me esperaba que fuese tan retorcido todo, pero al menos consiguen que cada detalle encaje perfectamente.
Está muy bien, Charles Laughton es quien más me ha gustado. De hecho la condición de su personaje me ha hecho sufrir un poco.
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