También conocida como "Model Massacre".
Un pintor trata de encontrar el color perfecto para sus cuadros. Un día la chica con la que vive se hace un corte con un clavo y mancha un lienzo y eso le da una idea. Tras el éxito de su primera pintura usando sangre se da cuenta de su potencial, pero eso le crea un problema.
Volvemos a las películas de un director que nunca defrauda, Herschell Gordon Lewis. Para los que no le conozcáis, en pocas palabras es conocido como el padrino del gore.
No sé si es porque el personaje es así o porque tenían algún problema a la hora de decir tacos pero la cosa es que el protagonista procura evitarlos aunque son bastante obvios por ejemplo dice "F is for... Fansworth".
Tanto la temática como los personajes están bien, sin embargo la historia se queda prácticamente paralizada desde el momento en que aparecen las dos parejas en la playa. Parecen olvidarse un poco del pintor, que viene a ser lo más interesante.
Si bien no la considero lo mejor de su obra sigue siendo interesante la cantidad de sangre que llega a usar en cada una de las muertes. Y el cuadro no es que esté pintado usando el color rojo de la sangre para poner, por ejemplo, un vestido, sino que más bien está manchado como si la sangre salpicase al que lo mira. Me ha parecido la mar de interesante ese detalle.
No deja de ser una de las primeras películas de este estilo y creo que tampoco hay que cebarse con ella. Está bien y poco más.
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