El título se traduce como "13 historias de miedo - Contemplación 1 - Sufrimiento", poco más o menos.
Termino el recorrido de películas porno con una trilogía de la que sé muy poco y que me costó muchísimo de encontrar. De hecho poseo muy poca información previa salvo que la ponen como algo muy enfermo.
Antes que nada aclarar que lo del 13 del título no se refiere a que son un total de 13 historias, es sólo una manera de llamarlas. De hecho para buscarlas recomiendo lo de GSKD-001, es la manera en la que encontré algo de información sobre ellas.
El autor es Tsukihana Yamiwo. Un director caracterizado por las películas de violación, tortura y escatología. Menuda joyita. He de decir que no he querido explorar a fondo su filmografía porque no es nada fácil y no me apetece tirarme horas. De hecho con esta trilogía me doy más que satisfecho con el tema.
Empieza con dos chicas con cicatrices que tienen un brazo cosido al de la otra. Con unas tijeras una de ellas empieza a cortar los múltiples puntos de sutura.
La de las tijeras tiene un montón de cicatrices a lo largo de los brazos, cosa que nos dice que se corta habitualmente. La otra no parece tener ningún tipo de marca.
Luego vemos cogen a la de los cortes y le empiezan a clavar las manos a una tabla usando una especie de agujas, seguidamente la lengua y le atraviesan las mejillas. Luego le ponen una tarántula en la cara para que se pasee. Seguidamente le unen las dos manos con agujas y le adornan la espalda con plumas metidas subcutáneamente y luego le hacen lo mismo en los brazos.
He de decir que la tipa lleva como 20 piercings en la lengua y en las orejas. Supongo que estará bastante acostumbrada a que le claven agujas y demás.
A la media hora se pone a llorar, por un momento creí que no sentía nada. Es entonces cuando le quitan las agujas de las manos y la meten en una jaula.
En la tercera escena cogen a la tipa y la atan a un taburete. Descubrimos que tiene una parte de la cabeza rapada, ahí es donde empiezan a clavarle agujas con forma de v, siguiendo por la mejilla y el cuello. Cuando termina le muerden la nuez.
Tras sacarle las agujas la sientan en una silla de ruedas y le cosen los brazos y las piernas a ella. Luego le cosen la boca y la ceja a la parte inferior del ojo. Esta parte está siendo mi favorita hasta el momento.
La chica sigue en la silla de ruedas cuando le inyectan una serie de catéteres que le meten un líquido de color verde fosforito. Tras ello aparece acostada cubierta por completo de carne cruda.
Y pasamos a la última escena. Está sobre un baúl y le empiezan a cortar unos puntos en la barriga y le sacan una paloma de su interior.
La película tiene unas pocas líneas de diálogo, pero claro al ser en japonés y sin subtitular resulta difícil saber qué dicen. También aparecen algunos textos sobre fondo negro al principio y final de las escenas.
Sin ellas resulta todo muy metafórico. La unión de las dos amigas (o hermanas), el pájaro encerrado en una jaula, el castigo (en general) por el asesinato.
Es una tortura de 100 minutos de duración. Termina con lo que parece un anticipo de las dos otras partes. Habrá que verlas para comprobarlo.
Madre mía, entre la de la chica a la que ahogaban constantemente en el agua y ésta, se me han quitado las ganas de ver "japorno", porque como sean todas igual...Yo prefiero el porno de toda la vida, llámame raro, jaja
ResponderEliminarBueno, ten en cuenta que ambas son excepcionalmente raras. El cine porno japonés se suele caracterizar por las cosas fuera de lo normal pero también hay toneladas de lo más normalito. De hecho a mí no me suele llamar la atención porque las actrices no suelen tener reacciones naturales.
EliminarLa cosa es que esta en concreto es muy buena en ese sentido. Me encantaría poder entender lo que dicen porque creo que hay una explicación a porque no habla la chica pero vamos, su manera de romper a llorar me ha parecido bastante realista.
A mí me costaría verla a juzgar por el artículo, aunque fuera una simple actuación. Aunque, repito, deduciendo lo que has comentado más arriba, no me sorprendería que el llanto fuese realista, con lo que le tendría que estar doliendo todo aquello...Había oído hablar desde hace mucho que los japoneses tienen una vena sádica, y lo he comprobado con estas entradas y la de la película a la que hice alusión, que también has publicado recientemente.
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