Otra de Disney.
Noah Dugan es un piloto que ha perdido mucho dinero en las carreras de caballos y encima nadie le quiere contratar. Por suerte un amigo suyo anda buscando un piloto para un B-29 lleno de animales y una pasajera llamada Bernadette. Él al principio rechaza la oferta pero ve una salida a sus problemas así que se monta en el avión sin pensárselo y despega en cuanto puede.
Protagonizada por Elliott Gould (Noah Dugan), conocido por "M*A*S*H" (1970) y "Ocean's Eleven" (2001). Y Geneviève Bujold (Bernadette Lafleur), conocida por "Coma" (1978) y "Murder by Decree" (1979).
Es fácil predecir que los niños acabarán subiendo al avión y también que Noah se verá forzado a pilotarlo.
Como peculiaridad tenemos que el título de la película aparece a los 17 minutos. Y después de otra breve escena empiezan los créditos de inicio.
Ya es curioso que el argumento se asemeje al de una película que he visto recientemente. Más concretamente a "None But the Brave" (1965). En ambas películas un avión estadounidense termina estrellándose en una isla donde hay unos soldados japoneses de la Segunda Guerra Mundial abandonados a su suerte y su mejor opción es hacer un barco con lo que tienen más a mano.
El tiburón aparece a la hora y 20 minutos, justo cuando se ponen a pescar por la noche. Durante toda la película cuando hacen un plano desde el interior del avión en el que podemos ver el cielo o el océano están usando un croma. Aquí hacen exactamente eso, usan una imagen real de un tiburón nadando con la ventana del avión superpuesta. Más tarde le vemos nadando cerca de la superficie y también como pica en el anzuelo.
El niño es el personaje más insufrible posible, no sólo se pone siempre de parte de los animales (incluso cuando peor lo están pasando) sino que encima se cae el agua cuando tratan de pescar al tiburón complicando MUCHO las cosas. Finalmente no pescan al tiburón, lo matan con una bengala de señales.
Y bueno, el final es tan repentino que tienen que poner las voces de fondo para "explicar" qué pasó entre la pareja protagonista y cómo salvan a los animalitos.
En fin, en la parte positiva tenemos que las escenas del tiburón no están nada mal, aunque tampoco duran demasiado pero al menos encajan bien en la trama. Personalmente no me ha parecido nada especial, por ejemplo el niño es insoportable pero también se come el tiempo de pantalla de la niña a quien apenas vemos. Los japoneses parecen aceptar demasiado fácilmente que la guerra ha terminado. Y el final debería haber tenido algún sentido más allá de que son rescatados, dejan muchas cosas en el aire.
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