Uno de los pocos títulos de este año que de verdad quería ver.
Estamos en New Orleans. Robert Montague Renfield está en una relación destructiva, o mejor dicho, es el siervo de Dracula. Se dedica a buscar víctimas para él, ¿y quien mejor que "monstruos" en la vida real que han maltratado a otras personas?
Dirigida por Chris McKay. Es su tercera película tras "The Tomorrow War" (2021) y "The Lego Batman Movie" (2017).
En el reparto tenemos a Nicholas Hoult (Renfield), es Beast en las películas de los X-men. Nicolas Cage (Dracula), aceptó el papel a pesar de que no era el protagonista porque le hacía ilusión interpretar al vampiro más famoso, ya había interpretado uno en "Vampire's Kiss" (1988). Awkwafina (Rebecca), recientemente salió en "Jumanji: The Next Level" (2019).
La intención del director era que la vendieran como la secuela directa de "Dracula" (1931). Sin embargo no caló en la gente. Recrearon algunas de sus escenas, como cuando Reinfeld se encuentra con el conde por primera vez, y en un momento dado suena "El lago de los cisnes" como en los créditos iniciales de dicha película.
De hecho más que recrear lo que hicieron es coger las escenas originales y les cambiaron las caras a Dracula y a Renfield.
Vale, esto es mejor de lo que anticipaba. gente explotando en mil pedazos, cabezas que salen despedidas, persecuciones completamente ridículas... me lo estoy pasando en grande y ni siquiera hemos llegado al cuarto de hora de película.
Jajaja, Dracula decrépito es igualito a Berto Zombie.
Renfield se sorprende al ver a Dracula en el interior de su nuevo apartamento. Es porque la alfombrilla de la entrada dice, literalmente, "Welcome! come on in!", invitando a quien sea a entrar. Lo cual es una de las normas clásicas de los vampiros, no pueden entrar en una casa sin ser invitados previamente. Algo similar pasa cuando llega al grupo de ayuda.
Por supuesto la policía está completamente corrupta y trabaja para "Los Lobos", una organización criminal que comete todo tipo de actos ilegales. Me gusta porque lo enfocan con un tono de comedia pura y por ello las absurdeces tienen hasta sentido.
No tiene ninguna escena en los créditos finales pero sí imágenes envejecidas al estilo años 70.
Es de momento la única película de este año que no me ha decepcionado. Absurda, sangrienta, brutal, estúpida... es tan perfecta.
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