También conocido como "Pulgarcito".
Un leñador y su esposa están desesperados por no poder dar de comer a sus siete hijos y deciden abandonarlos en el bosque. El pequeño pulgarcito les escucha hablar y recoge piedrecitas de color blanco antes de partir y así poder usarlas para marcar el camino de vuelta a casa. Una vez abandonados los pequeños se desesperan pero Pulgarcito les guía siguiendo el rastro que dejó sin embargo acaban llegando a la casa de un ogro. Su esposa les esconde pero él da con ellos fácilmente.
Su duración es de 11 minutos.
Dirigida por Segundo de Chomón.
Es de lo más normal encontrar adaptaciones de libros infantiles en películas de principios del siglo XX, al fin y al cabo el cine en aquel momento estaba pensado para todas las audiencias.
En este caso en particular hablamos de la novela homónima de Charles Perrault publicada en 1697.
El ogro es un tipo muy alto y corpulento capaz de oler la "carne fresca" (los niños). El actor gesticula una auténtica barbaridad, es muy teatral su actuación, pero estilo función para niños.
Resulta que el ogro tiene, convenientemente, dos camas en las que caben 7 niños y una de ellas está ya ocupada por sus hijas, las cuales llevan unas coronitas. Pulgarcito las intercambia por los gorros que llevan él y sus hermanos mientras duermen. Y entonces llega el ogro y les corta las cabezas a las niñas usando una espada enorme. Es precioso de ver.
Me fascina la parte en la que Pulgarcito le quita las botas de siete leguas al ogro porque son tan grandes como él y vemos dos pies enormes, los cuales no tengo ni idea de con qué estarían hechos, pero parecen bastante realistas.
Luego vemos que Pulgarcito camina por el aire cuando se pone las botas, tengo la impresión de que superpusieron dos imágenes para crear el efecto.
No sé si he visto alguna otra adaptación de esta historia en acción real, pero vamos ni me suena. En dibujos animados sí han habido algunas, aunque con algunos cambios.
En todo caso es una película dirigida a un público infantil pero que en su momento la podrían disfrutar igualmente los adultos, sin problemas.
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