Menudo título.
Mientras tomaba un baño en la playa Jill encuentra una tabla de ouija y decide llevársela. Ha quedado con un grupo de chicas para pasar unos días en una casa de una de ellas. Como se aburren deciden usar la tabla pero invocan a un tiburón fantasma por accidente.

Creo que es la primera vez que veo una tabla de ouija que es, literalmente, una tabla.
Me hace gracia que en la sinopsis oficial las describan como adolescentes cuando deben rondar los 30 fácilmente. Claro que su mentalidad es de preadolescentes.

Que encuentre la tabla no es el problema sino que de repente tiene una especie de flecha de madera para poder usarla. Además es tan grande que no deja ver las letras a las que apunta. Más tarde Jill la pierde y decide usar una pistola, lo más normal en EEUU.

Los ataques se producen fuera de cámara, aunque vemos algún que otro chorrazo de sangre, que siempre es de agradecer.
Al final descubrimos que Donald Trump es el responsable. En serio.
Entraría dentro de la categoría "tan mala que no merece la pena verla". Es que ni siquiera para reírse de ella.
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