Un contratista es hechizado por un brujo y tras meterle en un muro de hormigón se convierte en el tiburón de hormigón. Tras asesinar a un par de héroes que mandaron para detenerlo la presidenta Ekaterina III está desesperada.
Llegamos al último corto sobre tiburones (por fin) con un título del que me espero más bien poco, por no decir nada.
Tiene una duración de 45 minutos.
Los efectos especiales consisten en una imagen superpuesta. Por ejemplo la pared que se combina con el protagonista es un jpg que va dando vueltas y cuando aparece el tiburón es un dibujo sin ningún tipo de animación bastante mal hecho.
La trama es densa, principalmente porque no paran de aparecer más y más personajes. Destaca un experto en tiburones que trata de identificar la especie a la que pertenece el bichito protagonista.
Las actuaciones son horribles. Tengo la impresión de que se aprendieron las frases un momento antes de soltarlas (o puede incluso que las estuvieran leyendo).
Me hace gracia que en la parte final mencionen a España de la manera más gratuita. Los pedazos del tiburón son vendidos a un doctor maligno de nuestro país.
Ni de coña la veáis, se hace eterna y es lo peor del mundo.
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