Estamos en Hillsdale. Tres científicos son invitados a ir a la casa de los Ingston. También acuden allí un periodista amigo de Kurt Ingston, el dueño, y una psiquiatra a petición de su hermana Margaret. Allí son testigos de un experimento muy peculiar. Mientras tanto aparece un segundo cadáver estrangulado en las inmediaciones de la mansión y la policía no sabe qué hacer.

Su papel es secundario pero lo pusieron como cabeza de cartel para atraer más al público. En todo caso es otra de las películas de monstruos de la Universal (cuyo listado más completo incluye también películas de terror sin más, es por el que me guío).

No vemos ni un solo cadáver con claridad, de hecho sólo llegamos a ver una mano de cada uno de ellos, todas en tensión.
El policía es bastante inepto, en seguida se da por rendido y apenas indaga las pistas. De hecho ni siquiera ve un charco de sangre cuando se queda parado sobre él.
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