Estamos en Hillsdale. Tres científicos son invitados a ir a la casa de los Ingston. También acuden allí un periodista amigo de Kurt Ingston, el dueño, y una psiquiatra a petición de su hermana Margaret. Allí son testigos de un experimento muy peculiar. Mientras tanto aparece un segundo cadáver estrangulado en las inmediaciones de la mansión y la policía no sabe qué hacer.
Tenía unas ganas enormes de ver una película de Bela Lugosi (Rolf) porque hace mucho desde la última y siendo uno de mis actores favoritos ya iba siendo hora.
Su papel es secundario pero lo pusieron como cabeza de cartel para atraer más al público. En todo caso es otra de las películas de monstruos de la Universal (cuyo listado más completo incluye también películas de terror sin más, es por el que me guío).
En la casa donde transcurre la acción tienen un mayordomo, una ama de llaves, una criada, un chófer, un tipo jorobado que se ocupa de la puerta (intuyo que es el jardinero), un mentalista (a ratos va con un turbante y todo) y en realidad sólo viven dos personas allí.
No vemos ni un solo cadáver con claridad, de hecho sólo llegamos a ver una mano de cada uno de ellos, todas en tensión.
El policía es bastante inepto, en seguida se da por rendido y apenas indaga las pistas. De hecho ni siquiera ve un charco de sangre cuando se queda parado sobre él.
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