Aquí la titulamos “Mansión sangrienta”.
Paul Toombes anuncia su matrimonio con una actriz llamada Ellen cuando descubre que hizo algunas películas porno y esa misma noche es asesinada por una misteriosa figura. Desde ese momento él empieza a dudar de sí mismo y termina en un sanatorio.
Es uno de los personajes más icónicos de Vincent Price (Paul Toombes). Además en esta ocasión junto a él tenemos a Peter Cushing (Herbert Flay).
Y aunque ya habían fallecido en aquel momento también aparecen Boris Karloff en una escena sacada de “The Raven” (1963) y Basil Rathbone en una escena de “Tales of Terror” (1962). En ambas salía también Vincent Price.
El título tiene poco que ver con la trama, salvo por el hecho que el protagonista es ingresado en una casa de locos, pero es algo muy corto.
Los sospechosos principales son el tipo que produce cine porno, su ex y su amigo Herbert. Eso dando por sentado que no es él mismo, claro. A medida que avanza la historia descubrimos a Faye, la esposa de Herbert, quien se ha vuelto loca. Espero que no sea ninguno de ellos en realidad.
Peter Cushing se disfraza de Drácula como un pequeño guiño a su papel en las películas de la Hammer en las que siempre hace de Van Helsing, el principal enemigo del vampiro.
En la casa del productor porno tiene unas cuantas máquinas recreativas y algunos aparatos de gimnasia. El que más me llama la atención es el de la cinta que se ponía alrededor de la cintura y empezaba a vibrar. De hecho creía que era algo más antiguo.
La veo como un pequeño homenaje a Karloff y Rathbone pero que no deja de ser una película de Vincent Price, con todo lo que ello conlleva. En pocas palabras, me ha gustado.
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