Unos científicos consiguen resucitar a un hombre y le controlan usando ondas de radio. Eso hace que sea resistente a las balas pero no es inmortal ya que su cerebro acaba deteriorándose y muriendo de forma definitiva. La policía descubre que tanto la sangre como las huellas del misterioso hombre son luminiscentes.
Una de las primeras películas en usar petardos para simular las heridas de disparo. Lo cual es peculiarmente curioso pues algunos de los actores no estaban aún acostumbrados y reaccionan a ellos a pesar de que su personaje no siente nada de dolor.
Aunque no sea un remake la película “Invisible Invaders” (1959) está basada en la misma idea fundamental. Osea alienígenas invasores que usan los cadáveres de los humanos. Ambas son del mismo director, Edward L. Cahn.
Como suele ser habitual en el cine de ciencia ficción estadounidense de los años 50 su duración es bastante corta, una hora y poco, y el argumento va bastante al grano empezando por una escena en la que vemos a los científicos usando a un hombre. Seguidamente vemos su laboratorio y los problemas que están teniendo con su experimento.
Ya es curioso que el científico que hizo experimentos con animales para controlarlos con impulsos eléctricos sea de Madrid.
Aunque la historia sea de ciencia ficción algo que carece de sentido es que los malos sean capaces de ver qué está pasando en un lugar lejano, pero no sólo a través de los ojos de los hombres que han resucitado sino de sus alrededores.
Pero bueno, a pesar de ello la parte de la investigación me ha gustado bastante. Aparte que no se le puede exigir demasiado a este tipo de títulos y este en particular tiene algunos momentos interesantes.
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