Harold es un farmacéutico e inventor que se dedica a fabricar una pócima para "curar todo". Se trata de una creación de su padre. Un día Harold descubre que tras tomarla a su padre le sale un extraño líquido de su ombligo y se dedica a embotellarlo con intención de tirarlo pero una señora los ve e insiste en comprar uno. Al día siguiente regresa y le pide más, para sorpresa de Harold.
Tiene una duración de 12 minutos.
Se trata del primer cortometraje que dirigió Ari Aster. Es un director que ha cobrado gran relevancia recientemente gracias a títulos como "Midsommar" (2019) y "Hereditary" (2018).
Lo que más me llama la atención de este cortometraje es la creatividad a la hora de posicionar la cámara en algunos momentos. Por ejemplo una parte la vemos reflejada en las gafas de una señora que ha entrado en la farmacia. Otra desde la esquina superior, casi a modo ojo de pez, como si fuese una cámara de vigilancia.
El padre no deja de echarle la bronca a Harold. De hecho tarda un poco en hacer aparición pero le oímos desde la primera escena.
La clienta no deja de ser el típico personaje "Karen".
Me encanta el final. El tema que suena de fondo es el de la serie "Growing Pains".
Como se suele decir es un director que ya despuntaba maneras en sus primeros trabajos, desde luego yo hubiera seguido su carrera si lo hubiera visto en su momento. Pasemos a su segundo cortometraje.
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