Andrew es un batería de 19 años en quien ha fijado su vista un profesor de música llamado Fletcher. Pero pronto descubrirá que sus métodos de aprendizaje son realmente duros.
Una película que me llamó la atención cuando fue estrenada pero nunca me he parado a verla. Llegó la hora de darle solución.
El principal motivo que tengo para verla es J.K. Simmons (Fletcher), un actor que nunca me ha decepcionado. Junto a él tenemos a Miles Teller (Andrew), salió en "Fantastic Four" (2015). Melissa Benoist (Nicole), la protagonista de la serie "Supergirl". Y Paul Reiser (Jim Neimann), conocido por "Aliens" (1986).
El origen de todo esto es un corto titulado "Whiplash" (2013). El director y guionista Damien Chazelle no tenía financiación para hacer una película así que hizo un corto el cual ganó un premio en Sundance que le repercutió lo suficiente como para poder producir la película que nos ocupa.
En las escenas más intensas donde practicaba con la batería el director no paraba la escena porque quería que Miles Teller terminase exhausto.
La escena de la bofetada fue repetida varias veces. En todas ellas J.K. Simmons simulaba darle en la cara de Miles Teller. Bueno, en todas no, en la última le dio de verdad y fue la que usaron en la película.
J.K. Simmons sólo improvisó una frase, cuando su personaje llama "self righteous little prick" a Andrew.
Melissa Benoist aparece tan sólo en 10 minutos de toda la película.
Miles Teller sale en todas las escenas. De hecho iba a haber una escena en la que veíamos a Fletcher en su casa, deprimido y bebiendo alcohol pero decidieron cortarla para centrar mucho más la historia en el protagonista.
Me cae bien Fletcher. Me encantan sus métodos, me encanta su manera de controlarlo todo en su banda.
La anécdota del platillo que le arrojaron a la cabeza a uno es incorrecta. En realidad lo arrojó al suelo, lo demás es igual.
Creo que mi escena favorita es la de las bofetadas para que pille si está yendo más rápido o más lento.
Parte de la sangre que se ve en la batería cuando entrena era del actor.
Menudo gilipollas el padre durante la escena de la cena. En general toda la familia me ha parecido horrible, menuda panda.
Dios, qué grande es Fletcher. Y qué buen giro final. La escena del concierto en el JVC es gloriosa.
Había oído sólo buenas cosas y con razón. Aunque he de decir que a priori no me entusiasmaba demasiado Miles Teller y al final ha resultado estar a la altura. Definitivamente una película imprescindible si te gusta la música, más aún si eres aficionado al jazz.
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