Pues sí, hicieron dos.
Ha pasado un año desde los asesinatos en el tren durante la noche de Halloween. Alana está aún gravemente afectada y el presidente de la fraternidad decide volver a montar una fiesta en el mismo tren durante fin de año para así superar sus traumas.
Repiten Robyn Alomar (Alana) y Nadine Bhabha (Sadie) que fueron un poco las protagonistas de la primera parte. También Tim Rozon (el mago), el único superviviente de los que sufrieron un ataque por parte del asesino, con lo cual su aparición no es ninguna sorpresa, vaya. Y también algunos de los que no fueron atacados.
El hecho de que hayan salido tan seguidas me hace pensar que las grabaron con muy poco tiempo de diferencia, de hecho podrían haber sido hechas simultáneamente. Los escenarios ya estaban ahí y repiten buena parte de los actores, así que no me extrañaría.
La primera diferencia enorme respecto a la primera parte es que ahora cuentan con conexión a internet estable. Lo cual significa que hay móviles por todas partes grabando vídeos y demás. Eso hace que pierda enteros, en mi opinión.
Luego tenemos que han contratado un servicio de seguridad y que no permiten a nadie llevar armas, ni siquiera como parte de sus disfraces. Empieza a parecer una película estadounidense, desde luego.
Sigo sin comprender muy bien lo de la rubia con el hacha. Se aproxima de manera amenazante a Alana, mientras va con una máscara además, y cuando el mago le mete un ostiazo rompiéndole la nariz le amenaza con demandarle. Hay que ser realmente estúpida.
Por cierto, esta vez la primera muerte sucede a la media hora. Lo cual es extremadamente lento teniendo en cuenta que no necesitan introducir a los personajes y se pueden centrar más en la acción.
Y otro cambio más es que esta vez tiene sentido la manera en la que se comporta Alana, especialmente porque la gilipollas es una que se dedica a explotar los vídeos de los asesinatos reales con una aplicación con chat con aficionados a la sangre y las muertes reales.
Llevan la estupidez a un nivel que duele de ver. Eso unido a la chica que es ultrasospechosa y que todo apunta a que es ella, pero obviamente no es, como en la primera parte, vaya.
Es una secuela insustancial en la que sólo quería ver quién más moría. Y perdí el interés al ver lo mucho que les cuesta arrancar la nueva serie de asesinatos.
Aparte el póster es engañoso, la máscara aparece sólo en una escena y carece de importancia. De hecho la revelación de la identidad del asesino es precisamente porque va sin máscara, lo cual es ridículo. Además es gracias a un vídeo grabado con un móvil. El recurso más simplista posible.
En fin, la primera tiene su aquel, esta es para evitarla. Aún así me quedo con la original a pesar de no ser tampoco una gran película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario