Seguimos con la cuarta película de Reipuman.
El nuevo encargo para Reipuman es una cantante de pop llamada Haruka Misaki, la persona que lo pide es Yoshimi, su asistente personal. Su petición es que acaben con su carrera por la manera tan condescendiente en la que trata a la gente. El segundo caso es de un secretario de un senador quien quiere que violen a Junko, su prometida, porque está en una secta donde si practica sexo la echarán. Pero no funciona así que decide investigarlos a fondo.
Lo bueno que tienen estas películas es su corta duración, aún así suelen contener varios casos. Y es que a pesar de que se dedique a violar el protagonista no deja de ser un investigador bastante bueno, con la ayuda de su tío.
Para entender mejor al personaje principal hay que tener en cuenta como funciona la cultura japonesa en términos de honor y la imagen que tiene cada uno frente los demás. Pueden llegar incluso a suicidarse si pierden el honor de cara a su familia, por ejemplo.
En todas las películas aparece una mujer a la que viola el protagonista que es realmente mala y, por lo tanto, tiene sentido su castigo. Y normalmente suele ser la última, pero en este caso la primera ya es alguien horrible.
La segunda es un poco surrealista. Por primera vez vemos fracasar a Rapeman en su trabajo, debido a que ella consigue "escudar" el ataque y por ello no cambia su actitud al terminar. Es más, lo que hace es ir a la secta para confesar lo sucedido y la perdonan tras recibir un castigo.
Esta vez los malos son los que llevan la secta que sólo sirve para sacarle dinero a los que incautos que aceptan entrar en ella. Además les hacen pedir donaciones en la calle hasta que alcancen una cifra concreta, bastante alta.
La secta funciona tan bien porque el hombre que está en cabeza no tiene malas intenciones y usan sus ideas para captar miembros. Pero la mujer que se encarga de llevarla es quien se dedica a atosigar a los miembros para que donen y recauden dinero.
También está involucrado un senador corrupto, lo que me extraña es que no haya ninguna mafia.
Oh, se me había olvidado un detalle muy importante en el protagonista. No puede violar a una mujer sin más, tiene que haber sido contratado para ello, o recibir un pago (no tiene por qué ser monetario).
Podría decirse que el final es más que predecible, pero es que salvo algún giro argumental en casi todas las películas se ve venir a por quien irá en cuanto llegue el momento adecuado.
Aún así no deja de ser una crítica a las diferentes instituciones y a la corrupción que hay en ellas.
Venga, que aún me quedan un montón por ver.
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