Estamos en los alrededores de Moscú, en el año 2019. Dima Maslenikov tiene un canal de YouTube llamado "Cazadores de fantasmas" y hoy se encamina hacia un bosque donde la gente dice que hay tiburones para comprobar su existencia.
Fue grabada, editada y post-producida en 10 horas. Los tiburones fueron dibujados usando el Paint.
Pues sí, el tal Sergei A. vio que podía hacer lo mismo que en los cortos pero con una duración más extendida y grabó esta película para demostrarlo.
Eso sí siguiendo su costumbre de hacerlo absolutamente todo él mismo, sin ayuda de nadie. Eso hace que sea tanto el protagonista, el cámara, el editor, el director y el creador de los efectos especiales. Al menos eso pone en los créditos de inicio.
La primera aparición de un tiburón sucede a los 14 minutos. Aunque le oímos "rugir" unos minutos antes. La primera muerte es a los 18 minutos, un incauto que quiso robar una de las cámaras del protagonista. Es la única persona que vemos en toda la película (y diría que es Sergei también, como ninguno enseña su cara...).
El protagonista pretende ir a las islas Canarias tras terminar su trabajo.
He contado 5 dibujos diferentes de los tiburones y en varias ocasiones dos de ellos comparten pantalla. Y dos de dichos dibujos son del mismo tiburón, uno de lado y otro de frente.
La actuación de Sergei no está tan mal en general pero, por ejemplo, cuando le persigue el tiburón grita de una manera muy suave e incluso se empieza a descojonar de lo absurda que es la situación.
Por destacar una escena, a los 35 minutos decide enfrentarse a un tiburón usando una ramita. Y a los 43 el protagonista es asesinado brutalmente (por decir algo, sale un poco de sangre).
Tiene una escena post-créditos finales... por llamarla de alguna manera.
Es la primera de tres partes. Está fuertemente influenciada por "The Blair Witch Project" (1999) y eso es un problema, aunque al ser tan cutre resulta entretenida. Pasemos a la segunda película.
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