Aquí la titulamos "El mundo conectado".
Estamos en un futuro incierto. Henry Vollmer es el encargado de un ordenador llamado Simulacron capaz de crear una realidad inventada, pero muere en extrañas circunstancias. Seguidamente su sucesor desaparece sin dejar rastro.
Basada en la novela "Simulacron-3" de Daniel Francis Galouye publicada en 1964. Es una de las primeras novelas en las que se trata el tema de la realidad virtual. Ha tenido otras adaptaciones como por ejemplo "The Thirteenth Floor" (1999) y "World of Wires" (2012).
Fue dirigida por Rainer Werner Fassbinder y estrenada directamente en televisión como una miniserie de dos episodios. Es uno de esos autores de quien quiero ver varias películas y nunca me he puesto, lo cual me da me de rabia. Aunque he de decir que poco antes de empezar el blog vi una de ellas y apenas la recuerdo.
Los despachos están llenos de objetos, casi hasta la exageración. Muchos son decorativos pero no hay una sensación de que quien los haya colocado tenga un criterio más allá del de rellenar el espacio vacío. Por ejemplo se ve un cuadro procediente de Japón junto a un busto romano frente a una silla moderna y al lado un butacón. Nada encaja y sin embargo el conjunto de colores dota a la habitación de un tono apagado.
La acción transcurre en un futuro incierto. Entre las cosas futuristas que se ven tenemos un teléfono para hacer videoconferencias. Sin embargo muchas de las cosas permanecen igual, por ejemplo la manera de vestir de la gente o los vehículos (aunque salen algunos deportivos).
Me ha roto la escena en la que usa un teléfono específico para salir de la realidad virtual. Claramente "The Matrix" (1999) lo sacó de esta película, al igual que el uso de las cabinas telefónicas que a mí siempre me pareció demasiado conveniente.
La primera parte termina con el descubrimiento por parte del protagonista de que está viviendo en una simulación.
Me hace mucha gracia la escena de la segunda parte en la que van dos tipos a capturar al protagonista (supuestamente a ponerle una "camisa de fuerza") y se dedican a llamar al timbre de su puerta de forma MUY insistente.
La segunda parte gira en torno al protagonista buscando una salida de la simulación mientras los que la controlan intentan asesinarle, llevándose por delante a todos los que puedan saber más de la cuenta.
Entre otras es una clara influencia de "Inception" (2010), "Dark City" (1998) y prácticamente cualquier película posterior cuya historia gire en torno a una realidad virtual o un mundo dentro de otro mundo.
Es muy larga, mucho, lo cual la hace poco atractiva para el público en general. Más aún si conoces la historia en la que se basó (o has visto la otra adaptación de la novela). Pero es una gran película, sin duda. Me encanta como el protagonista va volviéndose loco a pesar de tener la certeza de que todo lo que le sucede tiene una explicación racional y llegando incluso a plantearse el suicidio. Es muy oscura en ese sentido y además el ambiente recuerda a ratos a un régimen totalitarista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario