Han pasado 20 años desde que Renton se largó con el dinero que habían logrado vendiendo droga. Begbie ha pasado ese tiempo en la cárcel. Spud dejó las drogas, estuvo con Gail pero la perdió a ella y a su trabajo trabajo y volvió a las drogas de nuevo. Sick Boy ahora es Simon y toma cocaína. Y Renton regresa a Edimburgo.

Fue toda una sorpresa cuando Danny Boyle anunció que iba a hacer una secuela de su película más carismática. Y además con el mismo elenco de actores, lo cual era todo un reto.

Como dije en la anterior entrada Irvine Welsh escribió una secuela de la novela pero esta película sólo toma algunos elementos de ella siendo una historia original mayormente. También salen algunas cosas desechadas de la primera película.

Como dije en la anterior película Robert Carlyle hizo de su personaje un gay encubierto, en esta no consigue una erección estando con una mujer como guiño a ese detalle.
Cuando Diane le dice a Renton que Veronika es demasiado joven para él es porque en la primera película él intentó rechazarla por esa misma razón.

Sin embargo me han gustado algunos detalles, por ejemplo el juego que le dan a las sombras. Cuando Renton se sienta junto a su padre su sombra encaja con la silueta de una persona sentada en la silla de su ausente madre. Más adelante cuando Spud lucha contra la tentación de drogarse está sentado en una esquina y se ve a su sombra cogiendo la droga del suelo.

Es la típica reunión del aniversario de una película donde los protagonistas posan para la foto, sólo que en forma de película. Y no tiene mucho más que eso en realidad porque la historia es el reencuentro, ponerse al día y dar el siguiente paso en su vida, sin dejar de ser el grupo de perdedores de Edimburgo que siempre han sido. Personalmente creo que el detalle de la reunión es prácticamente lo único que la salva.
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