Aquí la titulamos "Dragonheart 3: La maldición".
Gareth es un aspirante a caballero al que demandan 100 coronas. Vive en un lugar rodeado por un muro para resguardarse de los caníbales. Un día cae un meteorito en la parte externa y decide ir a por él para hacerse rico, pero resulta herido y un dragón le salva la vida.
Tardaron 15 años pero finalmente sucedió la tercera película. Y como la anterior fue estrenada directamente en vídeo.
No entiendo por qué la llaman precuela si según lo que dicen han pasado 400 años desde el Rey Arturo y la primera película sucede justo después de su muerte. Es más, dicen que han muerto todos los dragones.
Del reparto destacan Ben Kingsley como la voz de Drago y Christopher Fairbank (el alfarero), hizo aparición también en "Guardians of the Galaxy" (2014) y en "Alien³" (1992).
La película empieza recordándonos porque "Vercingétorix" (2001) (aka "Druids") fue una mala idea. Porque si en la anterior veíamos a una ninja en esta vemos magos.
Los malos cada vez son peores. Pero en el mal sentido, es ridículo lo gilipollas que llegan a ser. Para empezar el tal Gareth demuestra ser el mejor en combate con y sin la espada pero al negarse a extorsionar a los campesinos Sir Horsa (el nombrecito también se las trae) le impide ser caballero.
Y la manera en la que aparece el dragón es cada vez mas absurda. En este caso aparece dentro de un meteorito que cae del espacio junto con nueve huevos. Osea que es un alien con alas, ¿no?.
Ahora el dragón no le da la mitad de su corazón, simplemente se mancha una uña con sangre y toca a Gareth. Se ve que es todo muy mágico.
Sale una chica con una raya pintada con rotulador en su cara. Debe ser imprescindible que salga una chica.
He descubierto que si la ves escuchando death metal (concretamente Dethklok) de fondo es hasta entretenida. Sino ves preparándote para echar una siesta de hora y media, le sacarás más provecho. En fin, pasemos a la cuarta y última película.
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