Aquí la titulamos "Quiz Show (El dilema)".
Estamos en 1958, donde un concurso televisivo titulado "Twenty One" de la NBC es uno de los más populares. Herbert Stempel está a punto de ganar 100.000 dólares, sólo tiene que acertar las respuestas. Sin embargo el jefazo del estudio da órdenes de acabar con él, por presiones de la marca patrocinadora. Y primero tratan de darle las respuestas a un nuevo concursante llamado Charles Van Doren, pero él las rechaza, así que fuerzan a Herbert a dar la respuesta errónea a cambio de 70.000 dólares. Sin embargo también hacen partícipe del engaño a Van Doren.
Dirigida y producida por Robert Redford.
Un reparto en el que destacan Ralph Fiennes (Charles Van Doren), John Turturro (Herbie Stempel), David Paymer (Dan Enright), Hank Azaria (Albert Freedman) y Mira Sorvino (Sandra Goodwin). Atentos al breve cameo de Ethan Hawke como uno de los estudiantes de Mark Van Doren, y la aparición de Martin Scorsese (Martin Rittenhome).
La historia real sucedió entre 1957 y 1959, pero Robert Redford no quería plasmarla en plan documental porque ya existía una del año 1992 así que hizo que todo sucediera en 1959.
Una vez fue revelado el escándalo no sucedió nada legalmente, porque no había ninguna ley que gestionara los concursos televisivos en aquel momento. Algunas de las causas que sí progresaron en los juzgados fueron por obstrucción de la justicia y perjurio, pero poco más. Posteriormente se cancelaron prácticamente todos los concursos televisivos y se instauraron leyes para controlarlos. Hasta los años 70 no volvieron a haber concursos y estaban más enfocados a resolver puzzles o hacer juegos de palabras que a conocimientos generales, además los premios no era demasiado cuantiosos.
A Herbert le cogen manía por ser judío y por vivir en Queens, que viene a ser un barrio exterior de Nueva York y por eso algunos lo consideran otra ciudad (una estupidez como cualquier otra para discriminar a alguien). Es también una cuestión de escala social, la gente que vive allí suelen ser de clase obrera.
Richard Goodwin es el abogado que investiga. Y no es nada fácil, los tipos de la televisión lo tienen todo bajo control.
Claro, hablamos de los años 50 cuando tener una televisión en casa era un lujo. Incluso entre los que se lo podían permitir era algo poco habitual que poco a poco se fue convirtiendo en la normalidad, pero hablamos de gente que lleva toda su vida con alternativas a la televisión que no siente la necesidad de mirarla.
Me fascina lo rápido que tienen preparados los papeles para ser firmados en cada momento.
En las declaraciones la más interesante es la de Freedman quien admite todo lo que sucedió alegando que es "show bussiness". Precisamente el que decía que no hablaría ni aunque le torturasen.
Las consecuencias son lo mejor, pero insisto, los "gordos" salvaron su culo. Entonces la pregunta que queda es ¿sirvió para algo destapar el escándalo? En pocas palabras, sí, hizo que se crease una regulación sobre los premios y los concursos televisivos haciéndolos más "honestos", pero como todo tardó demasiado en llegar.
En todo caso la película es un fiel reflejo de la realidad en ese sentido y por ello hay que valorarla.
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