Binta es una niña de un pueblecito llamado Oulampane en Senegal. Su padre se fija en los tubab (los blancos) y sus avances técnicos, lo cual le da una gran idea. Su madre trabaja en los arrozales.
Tiene una duración de 30 minutos.
Hablan en francés, aunque está subtitulado.
Por lo visto en EEUU se puso de moda adoptar niños senegaleses durante una temporada, este corto precede a ese hecho.
Es un lugar donde reina la ignorancia y la pobreza. Y eso implica que siempre haya alguien que se aproveche de la situación.
Me ha hecho gracia el teatrillo que montan para representar lo que sucede en casa de Soda, la prima de Binta, y la manera en la que consiguen hacer cambiar de opinión a su padre (supongo y espero).
Fue el cortometraje que le valió una nominación a los Oscar. Y tiene mucho sentido.
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