Crackcoon (2024)

Y para terminar... un mapache adicto al crack.

Una nueva variedad de crack que se supone que es más potente empieza a aparecer por las calles. Es de color naranja y tiene el pequeño inconveniente que vuelve muy agresivos a los que la consumen. Unos tipos que transportan una cierta cantidad de dicha droga se ven obligados a arrojarla por la ventana cuando un policía les hace señales para detenerse. Pero un mapache la encuentra primero y se vuelve una máquina de matar.

Está producida, co-escrita y dirigida por Brad Twigg. El mismo que ha hecho títulos tan apasionantes como "Milfs vs. Zombies" (2015), "WrestleMassacre" (2018) y "Shriekshow" (2022).

Los personajes son de lo más variopinto. Empezando por unos drogadictos, una pareja de gays, unos religiosos que quieren "curar" a un heavy, un grupo de jóvenes que está en una casa y los tíos empiezan a meterse con una de las chicas porque no quiere beber alcohol, una pareja de palurdos que están intentando cazar conejos y osos...

Osea, en ese sentido es bastante entretenida. Por otra parte los ataques del mapache son bastante sangrientos (chorrazos de sangre incluidos). De hecho es quizás lo más positivo de esta película.

Al Sheriff le pone los cuernos su mujer. Se ve que es vital para la trama. En su casa hay un peluche de un oso negro que tiene manchada la nariz con un polvo blanco. Supongo que esa es la referencia al de la película que empezó esto.

Y sienten la necesidad de mostrar en su totalidad el proceso de un tipo cagando, incluida la típica situación en la que se queda sin papel para limpiarse y al levantarse vemos los 3 zurullos en el agua.

Eso y los desnudos gratuitos son las escenas que me sobran por completo, aunque por suerte todas terminan con un ataque del animalico.

Algunas escenas de diálogos son incluso dolorosas de ver. Qué malos son los actores.

De todas las que he visto es la... menos peor. No es como para recomendarla pero al menos la cantidad de sangre es tan exagerada que resulta un poco graciosa. Pero vamos, las partes en las que hablan se hacen insufribles.

Ale, se acabó. Pasemos a otra cosa.