El banco está a punto de embargar la casa de Doña Lupe y no sabe qué hacer. Por ello decide alquilar una habitación, dos policías responden a su anuncio con intención de usarlo como almacén. Ella se ha de hacer cargo de planchar su ropa y de cocinarles, pero le sale a cuenta. Un día se encuentra con que le están cambiando las puertas y que van a organizar uan fiesta, sin decirle nada, ella se enfada pero al final la convencen.
Estamos ante el primer cortometraje de Guillermo del Toro. Arranca con una dedicatoria a varios autores y a Santo el enmascarado de plata. Si es que hay que quererle.
La calidad de conservación no es la ideal, la imagen está llena de ruido.
Cada pequeña parte está introducida por un texto que pone cosas como "y así...".
No queda explícito pero está claro que lo que meten en la habitación son sacos de drogas. De ahí que ganen tando dinero y que lo traten de llevar en secreto (le dicen que es orégano o perejil).
Para mí lo más peculiar es el uso de la luz, o mejor dicho la poca luz, en algunas de las escenas. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en la que los policías descubren que Doña Lupe les ha robado su dinero, hay un momento en que prácticamente la pantalla está en negro.
El final me ha parecido maravilloso. Especialmente cuando oímos al gordo en voz en off.
He de decir que no tenía ni idea de por donde irían los tiros y aún así hay unos cuantos detalles que me han gustado mucho como lo de mostrar un arma en el primer acto que será disparada en el tercero.
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