En el río Han de Seúl ha aparecido una extraña criatura enorme que se dedica a capturar personas y llevárselas a unas alcantarillas. Una familia recibe una llamada de su hija desaparecida y deciden ir a buscarla a pesar de la cuarentena.
En su momento fue la película más vista en Corea. De hecho el impacto cultural que causó hizo que en el año 2015 pusieran una estatua del bichito al lado del río Han.
El arranque de la película está basado en hechos reales. En el año 2000 en una base militar estadounidense localizada en Seúl un tipo llamado McFarland ordenó que lanzasen al río una cantidad importante de formaldehído. Eventualmente fue procesado y condenado por ello, aunque no llegó a cumplir condena.
El tono de la película es ambiguo. Es una combinación de película de monstruos (o de desastres) y una comedia extraña, no sabría como definirla mejor. Está plagada de momentos y conversaciones claramente cómicas. Pero a la vez también tiene momentos muy dramáticos.
No deja de ser muy peliculera pero ciertas cosas que salen son muy realistas, como por ejemplo lo inútil que es el gobierno a la hora de afrontar el peligro. O como la familia protagonista está compuesta por personas a las que no les suelen salir bien las cosas.
La criatura en sí está hecha con CGI aunque a ratos usan una real (o al menos parte de ella) para que los actores puedan interactuar con ella. Es interesante porque usan muy bien el enfoque para que no se sepa a ciencia cierta hasta qué punto la recrearon físicamente.
Y su final es perfecto, porque no siempre tiene que salir todo bien ni quedar el protagonista como el héroe de cara al mundo.
Personalmente me ha gustado mucho, el cine de Boong Joon Ho me sigue pareciendo de alta calidad y esta es sólo otro ejemplo de ello. De momento me falta por ver sólo uno de sus títulos, el primero que hizo precisamente, pero eso será más adelante.
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