viernes, 26 de julio de 2019

Cujo (1983)

Otra película que hace mucho que la vi.

Cujo es un San Bernardo la mar de tranquilo al que un día le muerde un murciélago. Desde entonces empieza a estar más nervioso por todo y, eventualmente, se vuelve una bestia maliciosa con ansias de matar.

Basada en la novela homónima de Stephen King, una de sus más conocidas. El autor admitió que no recuerda haber escrito la novela porque en aquellos momentos se encontraba alcoholizado.

Usaron un total de cinco San Bernardos, una cabeza mecánica y un tipo con un disfraz para interpretar al animalico protagonista. Los perros eran muy entusiastas con lo que no paraban de menear el rabo, para evitar que eso estropease las tomas se los ataban a una de las patas traseras, aunque en alguna escena se les escapó.

Para la escena en la que Cujo ataca al coche pusieron los juguetes preferidos del animal en su interior.

Para lograr la espuma en la boca usaron clara de huevo con azúcar. Aunque los perros no paraban de lamerlo porque lo encontraban delicioso.

La primera vez que vemos a Cujo con aspecto amenazador no sucede hasta pasados unos 40 minutos. De hecho pasa de aspecto normal al "maquillado" en poco tiempo.

Cuando eso sucede lo hace rodeado de niebla. Se les fue un poco la mano y al verla algunos pensaron que era un incendio y acabaron enviando a los bomberos locales.

Tardan tanto porque han de establecer qué sucede con la familia a la que pertenece y con la de los protagonistas, ambas tienen tela. Los primeros han ganado la lotería y la mujer y el hijo se quieren ir a visitar a la hermana de ella mientras el marido planea una escapadita para pasárselo bien con su amigo Gary. Los protagonistas, mientras tanto, pasan por una crisis porque la esposa le ha puesto los cuernos al marido y él está pasando un mal momento en su trabajo que le obliga a viajar. Este tipo de historias normalmente me parecerían superfluas pero en esta ocasión propician que veamos con más detalle la evolución de Cujo.

El primer ataque del perro sucede poco después. Y desde entonces sus apariciones son por sorpresa y casi siempre con un final sangriento.

Es una de las pocas películas en las que el tópico del asesino obligando a alguien a entrar en un coche y luego no poder arrancarlo tiene mucho sentido pues el vehículo no ha parado de dar problemas.

Pese a su simpleza es una película con algunos puntos interesantes. Por ejemplo "el hombre" no es quien se convierte en el héroe en el último momento matando a la bestia, es "la mujer" quien a pesar de estar realmente jodida consigue librarse de ella y salvar a su hijo de paso.

Y no hay demasiadas muertes, pero tampoco son necesarias. A veces el simple hecho del ser amenazante incansable es más que suficiente.

Hacía mucho tiempo desde la última vez que la vi y apenas la recordaba y al volver a verla me ha parecido muy interesante.

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