Hora de una de las mejores producciones de España.
Un buen día instalan una cabina de teléfono de color rojo en una plaza de Madrid, un señor hace uso de ella de forma normal pero al entrar la puerta se cierra y no consigue abrirla. Aunque intentan ayudarle unos señores primero, la policía después y finalmente los bomberos nadie consigue sacarle. Luego llegan los que la dejaron para llevársela con él dentro.
No son para menos los elogios que pueda hacer a este cortometraje de poco más de media hora de duración (para mí no existe el concepto de mediometraje). Antonio Mercero es quien tuvo la idea y tras hablar con José Luís Garci elaboraron el guión en unos 15 días. Es gracias a Mercero que consiguieron el apoyo de Televisión Española para que se llevase a cabo este pequeño proyecto.
Personalmente yo la vi de pequeño pero no la acabé de entender del todo, me pareció demasiado extraña. Fue tras la famosa campaña de Retevisión que volví a buscarla para verla y entonces sí la pude apreciar completamente. Desde entonces la he visto un par de veces y siempre encuentro algún detalle nuevo.
Por ejemplo el plano secuencia del principio mientras instalan la cabina. O que nunca llegamos a saber el nombre del protagonista. También las metáforas visuales como por ejemplo el coche fúnebre con el cadáver visible a través de los cristales o el barco dentro de la botella. Y, cómo no, la angustia empática de ver a otro en la misma situación. También decir que la parte final parece que sea la inspiración del principio del juego Half Life.
José Luís López Vázquez es el protagonista, fue una elección muy clara desde el primer momento tanto para Mercero como para Garci. Lo que buscaban era a la vez un mimo que fuese muy expresivo y un actor que supiera mostrar su faceta más cómica y la más trágica.
López Vázquez lo pasó bastante mal en los primeros días de rodaje pero poco a poco se fue aclimatando. Los cristales eran en realidad de plástico y se podían quitar fácilmente en algunas tomas para que no fuese tan asfixiante bajo el sol. El motivo de usar el color rojo en la cabina era para crear más angustia aún en el personaje.
Debido al miedo de ciertos espectadores a quedarse encerrados en una cabina, Telefónica pidió al actor su participación en unos anuncios en los que se quedaba encerrado pero lograba salir. Lo curioso del tema es que, como mencioné antes, en 1998 Retevisión volvería a contratarle para "salir de la cabina" en su anuncio como una metáfora del fin del monopolio de Telefónica y la liberación del mercado de telefonía.
La banda sonora juega un gran papel ya que buena parte de la película carece de diálogos. Aunque tuvieron algunos problemas legales con el uso de alguna canción pero eventualmente los tribunales les permitieron usarlas enteramente.
Tanto el público como la crítica nacional aplaudieron esta obra y por ello fue exportada a todo el mundo donde también fue muy bien recibida. Y el éxito acarreó muchos premios, entre ellos un Emmy al mejor telefilme de 1973, cosa que no ha logrado ninguna otra obra española hasta el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario