Una película para televisión.
Kris Kelvin se dirige hacia la estación espacial estacionada en Solaris, donde se encuentran su amigo Gibaryan, el doctor Snout y el doctor Sartorius. El Doctor Snout es el primero con el que habla, pero desvaría y parece que algo ha pasado con Gibaryan. Eventualmente le dice que se ha suicidado. Por otra parte el doctor Sartorius no abandona su laboratorio pero al ir a visitarle parece que haya alguien más con él. Esa misma noche Kelvin recibe la visita de Harrie, su esposa fallecida 10 años atrás. Pronto entiende lo que sucede, es la manera de comunicarse de unos alienígenas.
Evidentemente lo primero que viene a la mente al oir este título es el nombre de Andrei Tarkovsky. Así que si bien su versión se podría considerar un remake no deja de ser otra adaptación de la novela de Stanisław Lem. Y en realidad no me parece bien compararlas, ésta versión se adelantó varios años y contaba con un presupuesto ridículo en comparación, aún así no deja de ser una gran adaptación.
Sus directores son Lidia Ishimbaeva y Boris Nirenburg. Los soviéticos haciendo gala una vez más de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Destaca que esté dividida en dos partes debido a su larga duración, son casi dos horas y media en total. La primera dura una hora.
Las primeras conversaciones de Kelvin al llegar a la estación son con el ordenador que ha controlado su aterrizaje. Ya entonces se siente decepcionado porque nadie más ha ido a recibirle.
Hacen uso en numerosas ocasiones del zoom dramático televisivo, llegando a primerísimos planos de las caras. Además es todo muy teatral, de hecho hay momentos en los que me han hecho dudar si fue grabada en una sola toma.
Es una de esas películas a las que el blanco y negro les hace un gran favor pues hacen que los escenarios no distraigan al espectador y se centre en los protagonistas. Por otra parte juegan muy bien con las luces y las sombras, en ese sentido destacan especialmente las primeras escenas en las que hace aparición la mujer.
Según tengo entendido es más fiel a la novela original pues ahonda mucho más en las cuestiones filosóficas, las cuales son planteadas mediante los abundantes diálogos.
Otros detalles que me gustan son las llamadas que hacen usando pantallas e incluso una conferencia a 3 usando dos de ellas.
Definitivamente hay que verla como lo que es y no darle demasiadas vueltas. Criticarla no conduce a ninguna parte, más que nada porque las versiones posteriores tuvieron medios y grandes directores y actores, aparte que cada uno supo darle su toque personal. Y en esta ocasión es un poco lo que sucede, las producciones televisivas soviéticas de los años 60 no dan demasiado de sí y aún así yo la he disfrutado bastante, más que nada porque es la misma historia que había visto pero narrada de otra manera.
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