Estamos en 1892. Sir Arthur Conan Doyle era el escritor más famoso gracias a su personaje Sherlock Holmes, cosa que hacía pensar a la gente que él mismo era un gran detective.
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Reflejan muy bien el sentimiento de Conan Doyle respecto a su personaje más famoso. En esencia, no quería seguir escribiendo más sobre él.
Pero claro, eso da poco de sí, así que ponen al padre borracho que enloqueció y terminó ingresado en un centro psiquiátrico y la esposa que de repente está muy muy enferma. Cosas que refuerzan sus convicciones de que debe terminar con Holmes.
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Tras eso la historia gira en torno al biógrafo de Doyle quien quiere intentar encontrar los orígenes de Sherlock Holmes y para ello acude a las personas más cercanas del autor y el médico que parece ser el más influyente en ese sentido.
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En todo caso sigue bien los hechos de su biografía, se hartó del personaje, lo mató y años más tarde volvió a escribió sobre él.
Dicho lo cual, es una película que trata el tema de una manera completamente original, cosa que aprecio.
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