miércoles, 31 de enero de 2018

Birkebeinerne (2016)

Aquí la titulamos "El último rey".

Noruega, 1204, Haakon Haakonsson, un bebé hijo del rey y heredero legítimo del trono, sobrevive a un ataque y unos Birkebeiner acuden a su rescate para emprender un viaje tortuoso y lleno de peligros.

Los Birkebeiner fueron un grupo formado en 1174 que se levantó en armas contra Magnus V y subió al poder en 1184. Estaba compuesto principalmente por campesinos y por ello el nombre originalmente era despectivo, aunque más tarde decidieron adoptarlo. Hace referencia a que eran tan pobres que en vez de calzado llevaban trozos de corteza de abedul.

Los Baglers vienen a ser sus rivales, se estableció como grupo en 1196 y estaba formado por aristócratas, clérigos y mercaderes. Así que, esencialmente, su lucha por el reino de Noruega fue también una lucha de clases.

Y es lo que queda reflejado en esta película: traiciones, mentiras y engaños por hacerse con el trono mientras un pequeño bebé viaja a través de la helada Noruega en pos de reclamar el lugar que le corresponde.

Al principio pensé que sería tipo "Vikings", pero el momento histórico es posterior. Las barbaridades están a la misma altura, y de hecho la escena en la que uno huye de su casa cuando le tienden una emboscada me ha recordado mucho a la primera temporada de la serie.

La imagen de los dos Birkebeiner con un bebé, armados y esquiando está basada en un cuadro titulado "Birkebeinerne på Ski over Fjeldet med Kongsbarnet". Fue pintado por Knud Bergslien en 1869.

Viendo este tipo de películas me pregunto cómo consiguieron sobrevivir a tantas matanzas indiscriminadas los Noruegos. Además no da la impresión de que tengan demasiados hijos precisamente.

Una de las mejores escenas es el enfrentamiento entre los Birkebeiner y los Baglers, me encanta sobre todo como se lanzan montados en skis y los atraviesan con sus lanzas incluso tras formar un muro de escudos.

No dicen frases épicas ni chascarrillos al matar a sus enemigos, sólo se oyen gruñidos y al final dejan los cadáveres manchados de sangre sobre la nieve.

Me ha gustado mucho, las muertes se suceden casi sin parar y ni siquiera cuando llegan al trono las cosas se ponen fáciles. Además esa ambientación en medio de la nieve, ventiscas incluidas, hace que los protagonistas resulten aún más fascinantes por los pocos medios que disponen para sobrevivir.

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