Hora para una película argentina.
Jorgelina es una niña demasiado pequeña para ir con su hermana quien esta dando ya sus primeros pasos hacia la adolescencia. Por ello se va a pasar las vacaciones con su padre en el campo. Allí se encontrara con Mario, un chico que trabaja ayudando a su padre con las vacas.
La boyita a la que hace referencia el titulo es una pequeña caravana en la cual se refugia la protagonista cuando se enfada. El nombre es curioso aunque tiene una explicación, es capaz de flotar en el agua convirtiéndose en una especie de barca cerrada, rara de ver pero que se le puede sacar mucho partido en verano sobre todo.
Me ha resultado particularmente interesante ver la curiosidad de la niña por el desarrollo de su hermana, leyendo libros de anatomía y asqueándose al ver ciertas fotos de malformaciones. Lo que veo interesante es como sin que nadie le explique nada ella intenta aprender por su cuenta que esta sucediendo, como poco a poco va perdiendo la inocencia sin que nadie le influencie.
No parecen ser una familia acaudalada, aunque si parecen poseer tierras, sin embargo son capaces de disfrutar de unas vacaciones envidiables. La madre por un lado, en su casa cerca de la playa sin apenas gente que les moleste. El padre mientras tanto en el campo, enorme y silencioso, cuidando de las vacas montado a caballo. Y la protagonista pudiendo elegir cual de los dos destinos le interesa mas, no se puede quejar.
A ver, la historia esta bien aunque la han planteado desde el punto de vista de una niña, supongo que para suavizarla un poco, aunque el verdadero protagonista debería ser Mario que es el que sufre el drama. Aunque asi no seria la historia de como da el salto a la adolescencia aprendiendo de lo que le rodea, creo que la ultima escena es la clave de todo esto.
No sabia muy bien por donde iban a ir los tiros conforme había empezado la historia y a mitad se empieza a vislumbrar que sucede con Mario aunque ni de lejos me esperaba que pudiera tener ese problema. Es una película muy sencilla y a la vez muy cargada de realismo, sin resultar excesivamente dramática ni triste.
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