Una producción de Netflix española. En el extranjero la titularon "Bomb Scared".
Martín es un etarra que huyó durante una redada y años más tarde durante la negociación del alto el fuego reúne un pequeño comando para dar un último golpe.
Es curiosa a veces la reacción de algunos ante una campaña transgresora que busca precisamente hacer que se fijen en ella. Es el caso de la promoción de esta película durante la cual pusieron un cartel en el que se podía leer "Yo soooy españooool, españoool, españooooool." con las palabras "español" tachadas. Eso les supuso una denuncia en Donostia aunque al final no llevó a ninguna parte porque el juez la consideró de mal gusto pero no "perversa" y porque sólo servía para promocionar la película.
Personalmente me parece que sacaron de quicio el tema y que al menos esta vez hubo algo de sentido común en su conclusión. Los hay que no se la pueden coger ni con papel de fumar.
En cualquier caso pasemos a lo que interesa. El reparto está encabezado por Javier Cámara (Martín) a quien habíamos visto en la última temporada de "Narcos" haciendo de malo maloso. Julián López (Pernando) está junto a él aportando su toque cómico característico. Miren Ibarguren (Ainara) hace también un papel de peso, aunque me recordó bastante al de "La que se avecina". Y el cuarteto titular lo completa Gorka Otxoa (Álex), conocido por "Lobos de Arga" (2011).
Por otra parte sale Ramón Barea (Artetxe), salió también en "Torremolinos 73" (2003) y en "La comunidad" (2000). Y la vecina la interpreta Tina Sáinz (Lourdes) quien de joven salió en "La saga de los Drácula" (1973) y luego en "La estanquera de Vallecas" (1987).
El humor tarda en llegar y su peso recae directamente en Pernando, lo cual no está mal porque te pilla un poco desprevenido. Ya desde un principio se muestra cansino y un tanto fuera de juego respecto a los otros tres, dando un poco por culo especialmente a Martín con lo que es riojano y no vasco.
La escena del trivial es delirante, cada pregunta "está mal" según Martín y da una explicación de lo malos que son los españoles relacionada con ella. Al igual que cuando le pide a Pernando lo del plato de ducha, ahí no he podido dejar de reír.
Su punto más débil es el final, cuando están viendo el partido de la final me cuesta encontrar algo gracioso y después aceleran las cosas de una manera un tanto abrupta porque no les queda nada interesante hasta la escena final, o al menos esa es la impresión que tengo.
En general tiene sus momentos, aunque no me parece un peliculón. Supongo que a los tiquismiquis les parecerá mal que los protagonistas sean terroristas pero en realidad es todo en clave de humor y se acerca más a una burla hacia ellos que a otra cosa exagerando mucho los personajes.
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