Mr. Sardonicus (1961)

Volvamos a los clásicos.

Londres, 1880, un médico muy avanzado para la época recibe una carta de su antigua amada y decide dejarlo todo para ir a verla en un país lejano. Allí se encuentra con su marido, el Barón Sardonicus, un hombre bastante peculiar que lleva siempre una máscara.

Según lo definen en la película un "Ghoul" es un ser malévolo que roba tumbas y se alimenta de los cuerpos.

Basada en la primera novela de Ray Russell titulada "Sardonicus and Other Stories", publicada en 1961. Fue quien la adaptó para la película.

William Castle es quien hace la presentación, es el director y productor. También realizó esas mismas labores en "House on Haunted Hill" (1959), "The Tingler" (1959) y "13 Ghosts" (1960). Fue un autor bastante prolífico con cerca de 60 títulos en su haber.

Es interesante ver una película de los años 60 enmarcada a finales del siglo XIX, todo parece tan bien conservado. Es notable especialmente en los primeros minutos de película donde se ven las calles de Londres.

El viaje hasta la casa de Mr.Sardonicus me recuerda bastante a "Dracula" (1931). Me llama tambíen la atención que su sirviente se llame Krull, como la película de 1983, y que tan solo tenga un ojo bueno, aunque no he encontrado ninguna referencia que las una.

Hasta el minuto 50 no vemos la cara del Mr.Sardonicus y merece mucho la pena la espera. También es cuando explica el origen de su nombre, se basa del término médico "Risus Sardonicus", es la sonrisa que se le queda por un espasmo muscular en la cara (por ejemplo es un síntoma de los que tienen el tétanos).

Al final aparece el director, William Castle, y hace una pequeña votación sobre si el tal Mr.Sardanicus merece la compasión del público o si debe ser castigado. La idea era mostrar que la película tenía dos finales pero en realidad solo se rodó uno, el que era castigado.

La cara deforme costaba varias horas de maquillaje y por ello la usan en momentos puntuales, pero creo que así resulta más desagradable, si se viera continuamente terminaría por acostumbrarse uno.

La película en sí me ha gustado, bastante sencilla aunque con toques macabros y aquello del loco millonario que hace lo que se dedica a hacer experimentos con sanguijuelas me parece incluso divertido.