Kumiko es una joven japonesa que le encanta buscar tesoros escondidos. En su apática vida es lo único que le motiva y por lo que siente pasión. Ahora se ha obsesionado con el dinero que esconden en la película Fargo.

Sin embargo no debería tener tantos problemas de dinero, al fin y al cabo tiene un trabajo estable y vive sola con su conejo. No parece gastarse dinero en nada en especial.

Hay un cambio respecto a lo que sucedió en realidad, se suicidó con vodka y pastillas para dormir. Por otra parte la escena en la que el policía la lleva a un restaurante chino para que les ayude a traducir lo que dice sí sucedió.

La película tiene un tono sombrío y triste contínuo. Nada parece irle a bien a la protagonista, ni siquiera cuando llega a Estados Unidos y se da cuenta de lo lejos que queda su destino aún. Pero bueno, es una historia que engancha y el aspecto visual es inmejorable.
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