Tras resolver su último caso Holmes y Watson regresan a casa donde les esperan unos periodistas. Tras ello tienen una discusión y Watson echa a Holmes, para seguidamente seguir investigando el caso pues algo no acaba de encajar.

Me extrañaba que Ben Kingsley hiciera de Watson, y tiene una muy buena explicación. Resulta que es él quien resuelve los casos mientras Holmes pone "la cara". En pocas palabras Holmes es un actor mujeriego y borracho al que le cuesta recordar los textos que le proporciona Watson, el verdadero detective.

He de decir que me había olvidado del hecho de que los trenes antiguos tenían un sistema de frenado de emergencia que podía ser activado por los pasajeros.
Es un enfoque diferente de los personajes. De hecho Moriarty es más cruel que nunca, un asesino confeso, y Sherlock no podía ser más torpe, mientras que Watson es el inteligente. Me ha gustado mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario