Dusty Russell es un hombre que llega a un pequeño pueblo y trata de ganar algún dinero fácil ayudando a traficar alcohol. Pero se da cuenta de que sería más fácil y legal correr en los derbis de destrucción de vehículos, así que prueba suerte allí.
Dirigida por Mark L.Lester, fue su primera película como director, previamente había dirigido un documental. Suyas son “Firestarter” (1984), “Commando” (1985) y “Class of 1984” (1982).
El principio de la película me ha recordado mucho a “White Lightning” (1973).
En inglés son conocidos como “demolition derby” y tratan sobre unos cuantos vehículos que chocan entre sí hasta que sólo queda uno en marcha. He estado buscando y no tengo muy claro cuál fue la primera película en la que salía uno aunque sucedió en los años 60 con títulos como “The Killers” (1964) o “Hot Rod Hullabaloo” (1966).
El segundo derby empieza con un “momento de silencio” por un señor que ha fallecido. En España lo denominamos “minuto de silencio” (no tiene por qué durar tanto, es sólo un nombre) y su origen está en el año 1919 en Londres. Un soldado australiano propuso un minuto de silencio para conmemorar el aniversario del tratado de armisticio de la Primera Guerra Mundial, lo cual fue considerado un homenaje a los caídos. El rey Jorge V apoyó la idea y, supongo que eso fue lo que la popularizó.
Creo que lo más interesante de la película es que las acrobacias y demás maniobras peligrosas son reales, según miro el reparto tengo la impresión de que usaron a varios pilotos reales para realizarlas. Claro que, ¿quién mejor que ellos?.
Y esa es precisamente la mejor razón para verla. La historia en sí carece de sorpresas, no me ha parecido demasiado interesante en parte debido a que he visto demasiadas películas de este estilo. Pero vamos, para la época a la que pertenece me parece bien.
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